jueves, 10 de marzo de 2022

II PARTE ¿CÓMO DETECTAR LAS AMISTADES TÓXICAS?



Lo primero que hay que hacer es hablarlo

Contarlo en casa para que te ayuden. Tus padres o hermanos están ahí siempre para que les cuentes lo que necesites, lo que te preocupa. 

Hacer preguntas a los que te tratan de manejar es muy útil, les hará buscar respuestas a sus comportamientos, enfrentarse a sí mismos, a sus argumentos. Si, por ejemplo, te ofrecen un cigarro, pregúntale por qué fuma, cuánto hace que fuma y si no le importa oler a tabaco. Conseguirás poner a la otra persona a la defensiva. Hacerla sentir incómoda. 

Decir No 

Contesta que “no” con convicción si lo que te proponen no te gusta. Mírale a los ojos y di “no” con fuerza y autoridad las veces que haga falta. Incluso refuérzalo con una afirmación positiva. “No quiero tomar drogas porque me gusta mi cerebro, gracias”. No hay que tener miedo a decir al otro lo que no nos gusta. Para hacerlo, lo mejor es estar a solas con él sin más gente alrededor, mirarle a la cara, explicarle cómo te sientes y pedirle que te deje tranquilo. 

Considera las consecuencias 

Siempre es recomendable preguntarse las consecuencias de nuestros actos. Tomarse un tiempo para pensar en lo que puede pasar si hago alguna cosa y no caer en la trampa de “todos los hacen”. 

Hay que evitar estar en situaciones que puedan comprometer mi comportamiento. En lugares donde sepamos que podemos estar expuestos a cosas no tan saludables. Como dice el refrán: evita la ocasión y evitarás el peligro. 

Sé tu mejor amigo 

Tenemos que tener en cuenta que para que los demás nos acepten y valoren, lo primero que tenemos que hacer es valorarnos a nosotros mismos. Recordarnos que somos únicos, irrepetibles y especiales y que, por tanto, no vamos a permitir ningún mal comentario ni insulto a nuestra persona. Una autoestima que te permitirá además ponerte al lado del débil para evitar que sea atacado. Apoyar y defender sus opiniones demostrará que eres capaz de pensar por ti mismo. 

Busca personas acordes a ti 

Intenta rodearte de gente afín a ti. Que comparta tus gustos, valores y aficiones. Esto te hará crecer como persona. Te hará más libre, fecundo y verdadero. Sentirte a gusto, respetado, apoyado y feliz con los otros es el mejor signo de que sí es una buena amistad. Recuerda que los verdaderos amigos te quieren por quién eres, no por lo que ellos quieren que seas. 

Fuente: Aleteia

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