lunes, 28 de marzo de 2022

¿Interrupción voluntaria del embarazo?

© amadarosaperezperez


Un hermoso testimonio que ayudará a muchas personas:

Amada Rosa Pérez fue modelo y actriz que tuvo gran popularidad en Colombia. En medio del infierno que vivió, después de tres abortos, encontró a Dios. Hoy es esposa, mamá y una gran defensora de la vida y la familia. 

“Nunca estuve a favor del aborto. Cometí aborto por miedo, porque estuve presionada por la pareja y creí en lo que me decían, que lo más importante eran mis sueños y mi éxito profesional”. El resultado fueron varios años de dolor y culpa que terminaron gracias a la misericordia de Dios. 

Esta colombiana de 45 años está casada, tiene un hijo de cinco años y es aún más bella que cuando empezó su carrera como modelo, a los 18 años. Fue imagen de reconocidas marcas, actriz en varias telenovelas y tenía miles de admiradores. Ese mundo quedó atrás y hoy habla de manera clara y directa: 

“Somos maduros para tener relaciones prematrimoniales pero inmaduros para asumir la responsabilidad de la maternidad. El embarazo es lo más natural que puede resultar de la unión del hombre y la mujer, pero cuando está fuera del contexto del matrimonio vienen el miedo y la ansiedad”. 

Su llamado es a promover la cultura de la castidad, el respeto al propio cuerpo y la espera, porque el verdadero amor espera. También, agrega, que lo contrario a esta cultura de la pureza contribuye a maleducar al hombre a que use a la mujer como objeto sexual y la deseche. 

Sobre la mal llamada “interrupción voluntaria del embarazo” como lo llaman los defensores del aborto, afirma que son palabras llenas de mentira y manipuladoras: 

“No es algo tan sencillo como interrupción, ¿y si quiero retomar mi embarazo? ¿Quién me devuelve a mis hijos? Estamos viviendo una cultura de muerte que quiere quitar el valor a la maternidad y está dañando la mente y el corazón de las niñas y las mujeres que piensan que si acaban con la vida de sus hijos son libres. ¡Al contrario, eso las hace esclavas!”. 

También se siente una “culpa que carcome el alma” y genera ansiedad, depresión profunda, vacío emocional, pesadillas… “Quienes han abortado y se muestran tranquilas son solo apariencias, porque yo lo viví, yo salía en entrevistas sonriendo y por dentro mi corazón estaba destrozado”. 

“Yo también tuve pensamientos suicidas, creía que no era digna de seguir viviendo porque había matado a mi hijo, y sufría por la fijación de recuerdos relacionados con el aborto. Tal vez una de las más comunes consecuencias es la pérdida de la ternura, nuestro corazón de mujer se vuelve más duro”. 

Instagram: @amadarosaperezperez

Fuente; Aleteia

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