Algo que está en nuestro control
En segundo lugar, es cierto que el matrimonio tiene una cuota de «salto al vacío». Es decir, uno se compromete a estar con la otra persona y a renovar esa elección todos los días; sin embargo, uno no sabe realmente en qué consiste la vida matrimonial hasta que la vive.
En el matrimonio se van a presentar una gran serie de situaciones que uno no va a poder controlar, e incluso algunas ni siquiera anticipar. Esto puede generar una cierta incertidumbre, y hasta un cierto temor. Pero es importante tener en cuenta que aquellas cosas que pueden poner en peligro el matrimonio son aquellas que sí están en el control de ambos.
En la salud y en la enfermedad
Puede que venga una enfermedad, un accidente, períodos en los que alguno no tenga trabajo, etc. Pero no son estas cosas en las que debilitan el matrimonio, sino la actitud que ambos deliberada y conscientemente asumen frente a ellas.
Por ejemplo, la enfermedad de un hijo es sin duda una prueba durísima para la pareja. Pero esta prueba puede ser afrontada juntos, lo cual fortalecerá la relación, o puede ser asumida un tanto en solitario más por alguno de los cónyuges, con lo cual seguramente llegue a ser motivo de conflicto en la pareja.
Pero incluso en este caso el conflicto se genera no por esa enfermedad, la cual escapa al control de ambos, sino por la actitud que ambos, de manera deliberada, asumen frente a ella. Y esto es algo que sí está en su control.
Nadie dice que el matrimonio sea una eterna luna de miel. De hecho, no lo es. Y por eso resulta muy inspirador el testimonio de jóvenes y adultos que asumen con valor el desafío de embarcarse en esta aventura, y trabajar todos los días como un equipo para sacar adelante su amor.
Fuente: Catholic Link
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.