Nosotros necesitamos no sólo el pan
material, necesitamos amor, sentido y esperanza, un fundamento seguro, un
terreno sólido que nos ayude a vivir con un sentido auténtico, incluso en la
crisis, en la oscuridad, en las dificultades y problemas cotidianos. La fe nos
dona precisamente esto: en una confiada entrega a un "Tú", que es
Dios, que me da una certeza diferente, pero no menos sólida que la que proviene
del cálculo exacto o de la ciencia.
La fe no es un mero asentimiento
intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios, es un acto con
el cual me entrego libremente a un Dios que es Padre y que me ama, es adhesión
a un "Tú" que me da esperanza y confianza. Ciertamente, esta unión
con Dios no carece de contenido: con ella, sabemos que Dios se ha revelado a
nosotros en Cristo, que hizo ver su rostro y se acercó realmente a cada uno de
nosotros.
Ser feliz |
AMEN
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