1. El Ángel Guardián no es una doctrina
fantasiosa
El Ángel Guardián o
Custodio sí existe, no es una doctrina fantasiosa sino un compañero que Dios ha
puesto a cada uno en el camino de la vida.
“Echar a nuestro ángel del
camino es peligroso, porque ningún hombre, ninguna mujer puede aconsejarse a sí
mismo. Yo puedo aconsejar a otro, pero no puedo aconsejarme a mí mismo. Está el
Espíritu Santo que me aconseja, está el ángel que me aconseja. Por eso tenemos
necesidad. Esta no es una doctrina sobre los ángeles un poco fantasiosa: no, es
realidad. Lo que Jesús, lo que Dios ha dicho: ‘Yo envío un ángel ante ti para
custodiarte, para acompañarte en el camino, para que no te equivoques’”.
2. Los Ángeles luchan contra el demonio
Satanás presenta las
cosas como si fueran buenas, pero su intención es la de destruir al hombre; y
los ángeles luchan contra el demonio y nos defienden.
3. Para escuchar a nuestro Ángel debemos ser dóciles
“El cristiano debe
ser dócil al Espíritu Santo. La docilidad del Espíritu Santo comienza con esta
docilidad a los consejos de este compañero de camino”.
Para ser dóciles,
hay que hacerse pequeño, como niños. “Pidamos hoy al Señor la gracia de esta
docilidad, de escuchar la voz de este compañero, de este embajador de Dios que
está junto a nosotros en Su nombre, que nos sostiene con su ayuda”.
4. Se les debe respetar porque ellos siempre nos
aconsejan
El ángel de la
guarda “está siempre con nosotros” y que “el Señor nos dice: ‘¡Ten respeto por
su presencia! Escuchar su voz, porque él nos aconseja”.
Nuestro ángel es
“un amigo que no vemos, pero que escuchamos”. Un amigo que un día “estará con
nosotros en el Cielo, en la alegría eterna”.
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