Así que María es Reina;
pero no olvidemos, para nuestro común consuelo, que es una reina toda dulzura y
clemencia e inclinada a hacernos bien a los necesitados. Por eso la santa
Iglesia quiere que la saludemos y la
llamemos en esta oración Reina de misericordia. El mismo nombre de reina,
conforme a san Alberto Magno, significa piedad y providencia hacia los pobres;
a diferencia del nombre de emperatriz, que expresa más bien severidad y rigor.
La excelencia del rey y de la reina consiste en aliviar a los miserables, dice
Séneca. Así como los tiranos, al mandar, tienen como objetivo su propio
provecho, los reyes, en cambio, deben tener por finalidad el bien de sus
vasallos. De ahí que en la consagración de los reyes se ungen sus cabezas con
aceite, símbolo de misericordia, para demostrar que ellos, al reinar, deben
tener ante todo pensamientos de piedad y beneficencia hacia sus vasallos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.