viernes, 24 de marzo de 2017

ÚLTIMA NOCHE COMO LAICOS


El sacramento del Orden tiene tres grados: episcopado, presbiterado (el presbítero es a quien denominamos comúnmente “sacerdote”) y diaconado.

Los tres grados son explicados en los números 1554-1571 en el Catecismo de la Iglesia). Es un texto largo, y a él me remito para una exposición completa.

El presbítero es propiamente sacerdote; no tiene el sacerdocio en plenitud –eso es propio del obispo-, pero es verdadero sacerdote. Eso le confiere algunas potestades sacramentales, especialmente sobre los sacramentos, pues la celebración de varios de ellos –Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Confirmación- requiere el sacerdocio.

Incluyo aquí la Confirmación porque, aunque normalmente se reserva al obispo, puede celebrarla un sacerdote en ciertos casos.

El diácono ha recibido el sacramento del Orden, pero no es propiamente un sacerdote, y no tiene las mencionadas potestades sacerdotales.

Su principal función es la asistencia al sacerdote –cualificada: no es simplemente “un ayudante”- en esas celebraciones.

Así por ejemplo, en misa, si hay un diácono será él quien lea el Evangelio –las disposiciones litúrgicas no permiten hacerlo a un lector laico- y puede encargarse de la homilía, y distribuirá la comunión junto al celebrante (o él solo, si hay razones para ello).


Cfr Aleteia

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