La esterilización es la
operación quirúrgica que quita del hombre o de la mujer la capacidad para
procrear. Cuando se quiere que no haya concepción, la esterilización es un
pecado, pues busca evitar una nueva vida.
Hay ocasiones que por enfermedad grave de la mujer, se necesita operar para que ésta no muera. En estos casos de emergencia no se busca no tener hijos, sino salvar la vida de la mujer. Por ejemplo, cuando ella sufre gravemente de cáncer en la matriz.
Hay ocasiones que por enfermedad grave de la mujer, se necesita operar para que ésta no muera. En estos casos de emergencia no se busca no tener hijos, sino salvar la vida de la mujer. Por ejemplo, cuando ella sufre gravemente de cáncer en la matriz.
Las formas más frecuentes de
esterilización anticonceptiva son:
a) En la mujer: la
ligadura de las trompas de Falopio o salpingoclasia.
Esta esterilización consiste en amarrar, cortar o ligar los conductos que van desde los ovarios a la matriz, llamados como decíamos, trompas de Falopio, para que el óvulo nunca pueda unirse con el espermatozoide.
Esta esterilización consiste en amarrar, cortar o ligar los conductos que van desde los ovarios a la matriz, llamados como decíamos, trompas de Falopio, para que el óvulo nunca pueda unirse con el espermatozoide.
b) En el
hombre: la vasectomía.
Esta esterilización consiste
en cortar los canales que van de los testículos al pene, para que los
espermatozoides nunca salgan del cuerpo del hombre, y por tanto, nunca puedan
llegar al óvulo y fecundarlo.
Esta práctica atenta contra
la naturaleza. Es la mutilación de un órgano sano del cuerpo. Si hay
dificultades por un nuevo embarazo, los esposos, por amor, han de ayudarse para
que no se dé, pero sin afectar la naturaleza del cuerpo humano.
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