miércoles, 1 de febrero de 2017

LA MENTALIDAD ANTI-VIDA


El mundo de hoy ha perdido mucho el sentido cristiano de la vida. Por ello ya no se maravilla del hecho formidable de traer al mundo a un nuevo ser humano. Hoy, el mundo dice que la vida no es importante. ¿Por qué? Porque se piensa que la vida es sólo para comer, dormir, trabajar, divertirse. No se cree en la vida eterna. Entonces, si se cree que después no habrá nada, nada vale la vida hoy. El mundo de hoy tampoco comprende las siguientes palabras de Jesús: “La mujer que ha dado a luz está gozosa, por la alegría que tiene de haber traído al mundo un hombre” (Jn 16, 21).

¿Por qué existe la mentalidad anti-vida?

Precisamente porque los hombres de hoy ya no saben para qué se vive: para alcanzar la vida eterna. Esta mentalidad nos dice: “¡Que importa la vida si termina con la muerte! Mejor dediquémonos a disfrutar esta vida en el placer y la comodidad.

Al olvidarse que la vida es para alcanzar la vida eterna, que es lo que sabemos los cristianos, habrá desprecio a tener hijos. Lo único que ha de importar es el placer y la comodidad. ¿Para qué tener hijos? Son sólo un estorbo. Vivamos mejor las relaciones sexuales por puro placer, sin la responsabilidad de tener hijos.

En el mundo actual también se manejan otro tipo de valores como el dinero y el poder. Se piensa que alguien es mejor porque tiene más dinero o mejor puesto. Se dice que alguien triunfa en la vida si logra hacer dinero y vivir bien. Muchas veces, sin importar lo que ha tenido que hacer para lograrlo, ya sea matar, robar, engañar, o simplemente hacer a un lado las necesidades de los demás para pensar en uno mismo, etc.
Se han dejado a un lado valores importantísimos, como el respeto a la vida y a su origen, el respeto a la familia y a la persona misma, sin importar lo que posee. 

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