sábado, 2 de enero de 2016

¿DÓNDE ESTÁ EL REY DE LOS JUDÍOS QUE HA NACIDO?


“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. Ésta es la razón que dan aquellos Magos para justificar el largo y penoso camino que emprendieron abandonando la serena ocupación de todos los días. La misma razón que conduce a tantas y tantos a dejarlo todo por el Señor. Y es igualmente la razón del caminar cristiano abandonando la tranquilidad de las cosas y buscar al Señor.

Pero a veces la estrella, como a los Magos, se oculta, y las sombras de la noche ocultan el camino. En esas horas, siempre hay quien puede ayudarnos porque el camino está ahí. Pero también hay quienes, aprovechando la oscuridad, engañan al viajero, como Herodes con su información interesada.

¡Cuántas veces, y por diversos motivos, la estrella que guiaba nuestros pasos se oculta y la oscuridad nos envuelve. La ilusión y el entusiasmo con que se inició un proyecto se esfuman. Un ejemplo. Se casaron. Él y ella decían que no había en el firmamento una estrella más hermosa. Todos decían que parecía que habían nacido el uno para el otro. Hubo años de intensa felicidad. Hoy arrastran una existencia debilitada y piensan que se equivocaron de pareja. ¿Cómo puede ser que lo que ayer era luz y entusiasmo hoy sea oscuridad y decepción? Y otro tanto sucede con la profesión, las aficiones preferidas, los compromisos adquiridos, y también en la vida espiritual. Somos así. Al amanecer vemos claro, al mediodía dudamos y al atardecer todo parece oscuro.

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