El fútbol es el deporte más practicado en el mundo. No hay plaza ni parque en el planeta donde no se haya jugado un partido. Es fácil comprender su popularidad si consideramos que para poder practicarlo solamente es necesario tener algo que patear (ni siquiera tiene que ser una pelota), no se necesita un equipo contrincante ni un arco, basta patear una botella de refresco por un pasillo.
No
te quedes callado si por error cobran a tu favor. Ganar limpiamente es de
hombres.
Muchas veces nadie ve
claramente lo que ocurrió en una jugada y solo tú sabes lo que realmente pasó. Ser
honrado y decir la verdad –aunque no favorezca a tu equipo– no es fácil pero es
lo mejor. Esto no solo hablará bien de ti, sino que hará que tus triunfos
sean realmente producto de tu esfuerzo y no de tus omisiones. Un ejemplo de
esto fue Miroslav Klose, jugador del Nápoles, quien casualmente marcó un gol
con la mano, el árbitro no lo vio y cobró el gol como válido, pero él con mucha
honestidad, le hizo saber al árbitro de su error.
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