El altar debe de cubrirse
con un mantel de color blanco. En algunos lugares les gusta poner el mantel del
color litúrgico del día, pero eso es incorrecto. El mantel siempre debe de ser
blanco.
El mantel debe de ser de la
forma medida del altar, de acuerdo a la Instrucción General del Misal Romano.
Hay lugares en que se ponen manteles genéricos, que le quedan grandes al altar
y lo cubren por el frente, dando la apariencia de desproporción y descuido. Lo
más digno es que cubra el altar por la parte superior y que cuelgue solo por
los lados, o que solo algún ornato pequeño cubra la parte superior del frontal.
La Instrucción General del
Misal Romano indica que debe ser “al menos un mantel”. Eso significa que eso es
lo mínimo. De acuerdo a la tradición, es conveniente poner otro mantel por
debajo del exterior, que suele ser más pequeño pues solo cubre la parte
superior y no pende por los lados. A este se le llama bajo mantel.
Cuando no se celebra misa,
es conveniente poner un lienzo sobre el mantel para protegerlo del polvo. Se le
llama cubremantel. Es mejor colocarlo a quitar los manteles cuando no se
celebra misa, porque la ausencia de mantel es un símbolo del luto del Viernes
Santo.
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