Esta es la frase que suele emplear la gente para referir que vives como un
rey. Lo sorprendente es que para vivir tan bien, como al parecer viven,
escasean voluntarios.
Pero, ¿Qué hay que hacer para poder vivir como un cura? Poca cosa. Lo
primero dejar la familia, el trabajo…tu vida anterior, pues el nuevo Patrón es
bastante exigente. Así, tras tan sólo 7-8 años de estudios ya está uno
disponible para que el obispo le envíe a una parroquia de un pueblo cuya
exacta localización hay que buscar en el Google Maps (para algunos). Una vez
allí, a cambio de vivienda gratis, sólo hay que estar disponible 24 horas al
día, 7 días a la semana, por si alguien tiene un problema que únicamente le
puede contar al cura, por si alguno tiene que pedir algo que sólo un cura le
puede dar.
Es importante mantener un gesto amable durante las 24 horas, y solamente un
100% de disponibilidad, mantener los carros en un buen estado, porque es
absolutamente imprescindible no fallar a nadie durante los 40 años de actividad
laboral, si no le tildarán de holgazán o
cosas peores. Asimismo, entre sus obligaciones laborales está escuchar con
interés los problemas, tragedias y desgracias de todo el mundo, gratis y sin
cita previa, y por supuesto intentar resolver el problema consultado o al menos
procurarle un consuelo contundente.
Por supuesto él, por convenio, no tiene derecho a tener problemas. Debe
asumir que será el representante en el pueblo de la institución más criticada y
vapuleada del mundo y sobrellevar con agrado largas e inútiles conversaciones
con gente que ni le va ni le viene lo de la Iglesia, pero que se creen con
derecho a opinar lo que les viene en gana, casi nunca bueno, y a exigir una
respuesta argumentada y coherente. Y todo esto por unos escasos………. Seguramente
por eso la gente prefiere ser controlador aéreo.
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