Ésta es muy propia de líder o de los líderes del grupo. De los
directores del coro, de los que eligen los esquemas musicales y de los que
meten mano en el repertorio que se va a cantar. Nadie puede hacer una observación
porque don sabihondo o doña sabihonda lo saben todo, y lo que no… lo inventan.
Tú misma y tú mismo se van dando cuenta de que hay muchos datos,
documentos, directrices, normas que se deben conocer y aplicar para cantar en
Misa. No es malo no saber de todo, lo malo es que no quieras aceptar tus
debilidades y tus limitaciones.
Estas deficiencias acéptalas por el lado positivo. No saber todo te da
la visibilidad de descubrir cada día algo nuevo y hacer de tu vida algo muy
interesante.
Por otro lado, te da gusto y alegría saber que no estás tan solo como
creías. Que no es verdad que nadie te comprende, que nadie tiene la
responsabilidad que tú tienes…Cuando comienzas a descubrir tus límites y tocarlos,
empiezas a darte cuenta que ahí es justo donde empiezan las manos amigas, los
brazos dispuestos, los hombros listos para ayudar.
Practica el compartir, que todos opinen, que todos hablen, que puedan
escucharse…Hay tanta riquezas en cada uno de los que forman parte de ese coro,
que imaginar esa armonía cantando es una celebración cambia de modo radical la
unción de los cantos.
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