miércoles, 31 de octubre de 2012

EL CANTO: ELEMENTO LITÚRGICO


El canto

El canto sagrado, unido a las palabras, no es ya sólo un elemento accesorio, de adorno, o de embellecimiento de la liturgia, sino que ha llegado a ser parte necesaria e integrante de la liturgia. 

“De ser considerado como humilde sierva (Pío X), pasó a ser como nobilísima sierva (Pío XI), llegando a adquirir el rango de ministra de la sagrada liturgia y noble ayuda para la misma (Pio XII) hasta llegar al Vaticano II en la Sacrosantum Concilium 112, en que adquiere el rango de munus ministeriale (la función ministerial), habiendo desaparecido todo indicio de rebajamiento en la sacrosantum concilium, al precisar la estrecha relación de la música con la liturgia, es decir, al considerarla un elemento litúrgico.”  
     Melodía, texto y ritmo, guardan una estrecha relación entre sí, por lo que no se pueden considerar el texto literario, la melodía que lo canta y el contexto celebrativo o rito en el que se canta. Se trata sobre todo de conseguir una coherencia musical y textual entre la dignidad literaria, el mensaje teológico que conlleva y su función litúrgica.  

La liturgia al ser acción de la comunidad reunida, también la música debe ser cosa de todos y no privilegio exclusivo del coro o de unos cuantos.
La participación activa en la liturgia, debe concretarse también en la participación en el canto.

Los criterios, de la renovación litúrgica, con respecto al uso de la lengua vulgar, buscando la participación de los fieles, sencillez, inculturación, deben aplicarse también a la música.   

      Con lo anterior, se puede concluir que la música y el canto no son simple adorno añadido a la acción litúrgica; al contrario, constituyen una realidad unitaria con la celebración, permitiendo la profundización y la interiorización de los misterios divinos.

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