jueves, 25 de octubre de 2012

INSTRUMENTOS MUSICALES EN LA LITURGIA



Comenzamos recordando que durante siglos el uso de instrumentos musicales estuvo prohibido en la liturgia, entre ellos incluso el órgano ha tenido grandes dificultades para ser introducido en la liturgia latina, hasta finales del siglo XV; la razón era porque su presencia evocaba las fiestas paganas de la sociedad y por razones parecidas no se permitía el uso de los demás instrumentos musicales hasta nuestros días.
   
La constitución sobre la Sagrada liturgia es la que comenzó a abrir camino a toda clase de instrumentos musicales, además del órgano de tubos, aunque reconoce la superioridad en belleza e idoneidad de este instrumento.
     
Ha de tenerse en cuenta que en nuestros pueblos la utilización de los instrumentos, en muchas ocasiones evoca realidades más altas, conseguido a través de las melodías y ritmos adecuados, acompañando los cantos o interpretando sólo el instrumento. 

Sobre la utilización de los instrumentos la constitución Musicam Sacram comenta: “facilita la participación en el canto y logra con mayor eficacia la unidad de la asamblea.”[1]  Al mismo tiempo la constitución advierte que los organistas y demás instrumentistas sean en lo posible conocedores del instrumento que ejecutan, además deben conocer y penetrar en el espíritu de la liturgia, para que al ejercer su oficio, enriquezcan la celebración, según la naturaleza de cada uno de sus elementos y sobre todo que favorezcan la participación de los fieles.


[1] MS, 64.

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