Una técnica importante
para aprender a perdonar es acostumbrarse a distinguir entre el error y el que
ha errado, entre la acción realizada y la persona que realizó esa acción, entre
el “pecado” y el “pecador”. Y lo importante es hacer esta distinción no sólo
con la mente, sino también con el corazón.
Una cosa es la infidelidad,
la injusticia, la maldad. No hay que tergiversar las cosas, sino que es
necesario llamarlas por su nombre. Esas acciones están mal, y uno tiene que
tener una actitud firme y fuerte de rechazo ante ese tipo de acciones. Es lo
que se llama el “odio al pecado”.
Pero por otro lado está la persona que realizó esa acción, y con esa persona
uno mismo debería ser compasivo y misericordioso, y estar dispuesto a perdonar…
Eso es lo que Dios hace conmigo: distingue perfectamente entre la acción que yo
realicé y yo mismo. Y me ama entrañablemente, así como soy. Es lo que se llama
el “amor al pecador”.
Fuente; Catholic.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.