“la vida humana es siempre sagrada,
válida e inviolable”.
El Santo Padre advirtió a
los profesionales de la salud que “estamos viviendo en una época de
experimentación con la vida. Pero una mala experimentación”, en la que se busca
“fabricar hijos en lugar de aceptarlos como un regalo”.
“Tengan cuidado, porque
esto es un pecado contra el Creador en contra de Dios Creador, quien ha creado
las cosas así”.
“El pensamiento dominante
propone a veces una ‘falsa compasión’: la que se presenta como una ayuda a la
mujer el favorecer el aborto;
como acto de dignidad procurar la eutanasia; como una
conquista científica ‘producir’ un hijo considerado como un derecho y no como
un don; o usar vidas humanas como conejillos de Indias para salvar
presumiblemente a otras”.
El Papa dijo que “la
misión de los médicos los pone cada día en contacto con tantas formas de
sufrimiento: los aliento a hacerse cargo de ellos como buenos samaritanos,
cuidando de forma especial a los ancianos, a los enfermos y a los
discapacitados”.
“La fidelidad al Evangelio
de la vida y al respeto de la misma como don de Dios requiere a veces opciones
valientes y contracorriente que, en particulares circunstancias, pueden llegar
a la objeción de conciencia”.
Dijo el Papa “Tantas veces
en mi vida como sacerdote he oído objeciones. ‘Pero dime, ¿por qué la Iglesia se opone al
aborto, por ejemplo? Es un problema religioso? – No, no, no es un problema
religioso- ¿Es un problema filosófico - No, no es un problema filosófico. Es un
problema científico, porque hay una vida humana y no es lícito eliminar una
vida humana para resolver un problema”.
Fuente; Aciprensa
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