En nuestras celebraciones:
· Aparece en forma de lámparas y cirios
encendidos durante la celebración o delante del sagrario. Aparte del simbolismo
de la luz entra aquí también esa misteriosa realidad que se llama fuego: la
llama que se va consumiendo lentamente mientras alumbra, embellece, calienta,
dando sentido familiar a la celebración.
· Vigilia de Pascua: Es la celebración que
queda enriquecida de modo más explícito con el simbolismo del fuego. La hoguera
que arde fuera de la Iglesia
y de la que se va a encender el Cirio Pascual remite intensamente al triunfo de
la luz sobre las tiniebla, del calor sobre el frío, de la vida sobre la muerte.
De allí partirá la procesión con su festivo grito: "Luz de Cristo", y
la luz se irá comunicando progresivamente a cada uno de los participantes. El
simbolismo de la luz está realmente muy aprovechado en el lenguaje festivo de la Noche Pascual. Pero
en su raíz está el fuego que tiene sus direcciones propias y riquísimas.
Su simbolismo natural
El lenguaje del fuego tiene en nuestra
sensibilidad humana y social, una interesante serie de sentidos. El fuego
calienta, consume, quema, ilumina, purifica, es fuente de energía. Es origen de
innumerables beneficios para la humanidad, pero también destruye, castiga,
asusta y mata. Es un elemento bienhechor pero a la vez peligroso. Un rayo
o un incendio pueden generar calamidades enormes. Sin el fuego no podemos
vivir, pero puede causarnos también la muerte. No es nada extraño que en torno
a este misterioso elemento natural se haya creado todo un simbolismo:
·
Para expresar la presencia misma de la
divinidad, invisible pero fuerte, incontrolable, purificadora, castigadora.
·
O para designar los sentimientos humanos,
como la pasión, que está escondida pero que puede alcanzar una fuerza inaudita,
para bien o para mal: el amor, el odio, el entusiasmo...etc.
·
El fuego es también la imagen del calor
familiar, el crepitar de la llama en el hogar ilumina la vida, ahuyenta el
frío, da alegría y sensación de bienestar.
En la Revelación :
Para saber toda la densidad de
significado que el fuego puede llegar a tener y lo que puede expresar también
en nuestras celebraciones, no hay mejor medio que repasar, que de lo que él
dicen el Antiguo y Nuevo Testamento. Ante todo, el fuego sirve para expresar de
algún modo lo que es imposible de expresar: la presencia misteriosa de Dios
mismo en la historia humana.
Recordemos el misterioso episodio de
la zarza que arde sin consumirse (Ex 3). Moisés se acerca a un lugar que en
seguida reconoce como sagrado, y oye la voz "Yo soy el Dios de
Abraham...". También es con el fuego con el que se simboliza el juicio de
Dios, como el fuego que penetra a todo ser existente, lo pone en evidencia, lo
purifica o lo castiga. (Véase: Dan. 7,10 ; Gen 19 ; Is 66,16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.