martes, 2 de mayo de 2017

YA HEMOS INICIADO EL MES DE MAMA MARÍA


El Evangelio de san Lucas cuenta que Dios envió al arcángel san Gabriel a Nazaret, manifestando a María que había sido elegida para ser Madre de Dios. Muchos cuadros representan esta escena, que llamamos la Anunciación.

La conversación entre el ángel y la Virgen acaba con esta aceptación humilde y confiada: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1,38). En aquel mismo instante se realizó la Encarnación del Verbo en las purísimas entrañas de la Santísima Virgen, y nueve meses más tarde nacía Jesús -verdadero Dios y verdadero hombre- en Belén.

La Virgen  no es sólo la Madre de Dios, es también nuestra Madre. Cuando moría en la Cruz, Jesús nos la dio por madre. Ella vive en el cielo como Reina y Señora de todo lo creado, pero nos ve, nos oye y sobre todo nos quiere. Igual que las madres de la tierra, la Virgen nos cuida y nos protege. Hemos de conocer y amar mucho a la que es Madre de Dios y Madre nuestra.

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