Es una maravilla saber que Dios adornó
a su Madre con tantas gracias, queriendo que fuera también Madre nuestra. Señalemos
las razones de su maternidad con nosotros:
a) Porque Jesucristo es nuestro hermano: San Pablo
dice que Jesucristo es “el primógenito entre muchos hermanos” (Romanos 8,29).
Luego si María es la Madre
de Jesús, nuestro hermano, con toda razón podemos llamarla El y nosotros “Madre
nuestra”, aunque la maternidad con relación a Cristo sea física y natural,
mientras que, con relación a nosotros, es maternidad espiritual.
b) Porque Jesucristo nos la dio como Madre. Al pie de
la cruz san Juan representada a todos los hombres cuando Jesucristo le entregó
a María como madre. A él, y a nosotros con él, dijo: “He ahí a tu madre” (Juan 19,27). Desde aquel momento, todos los
cristianos recibimos a María en nuestra casa, en nuestro corazón, y la hemos de
sentir como madre.
c) Porque Ella intercede por nosotros. Los
cristianos de todos los tiempos, y también nosotros, pedimos cosas a la Virgen , que está en cuerpo
y alma en el cielo. Ella está allí, pero nos escucha, nos ayuda, nos quiere.
Cada uno de nosotros podría contar muchas cosas de Dios le ha concedido por intercesión
de María, nuestra Madre. Muchísimas otras nos las concede sin que lo sepamos.
Ella nos ama como a hijos y pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros.
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