En Guatemala no estás enamorado, estás más
colgado que chorizo en tienda. Es común escuchar que las personas están
“colgadas”, es decir, enamoradas.
Los chapines no viven lejos, viven hasta dónde el diablo dejó tirada la chancleta. Vivís hasta donde el diablo dejo tirada la chancla.
Los guatemaltecos no ven algo, le echan el ojo. ¡Ya le echaste el ojo va!
Las siestas no existen en Guatemala, aquí las personas se echan un cuaje. No es voy a tomar la siesta, es “me voy a echar un mi cuaje”.
Los chapines no son infieles, ellos queman el rancho.
Un guatemalteco no es malo, es pura lata. ¡No seas pura lata vos!
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