III
Plegaria Eucarística
Empieza el centro y culmen de toda la
celebración: es una la plegaria de acción de gracias y de consagración. Significa
que todos los fieles se unen con Cristo en el reconocimiento de las grandezas
de Dios y en la ofrenda del sacrificio. Consta de las siguientes partes:
* Acción de gracias (sobre todo
en el prefacio)
* Aclamación (Santo)
* Epíclesis (invocación al
Espíritu Santo)
* Narración de la Institución y
Consagración
* Anamnesis (memorial)
Oblación
*Intercesiones
* Doxología final (con el “Amén”
del pueblo)
La Plegaria eucarística es
presidencial: es proclamada por alguien que ha sido ordenado por el obispo para
presidir la Eucaristía. La Plegaria, es también de toda la comunidad, porque
toda ella participa, ante todo escuchándola en silencio, con reverencia y
atención, y haciendo propias las actitudes que la misma Plegaria expresa.
Diálogo introductorio
V. El Señor este con ustedes.
R. Y con tu espíritu
V. Levantemos el corazón
R. Lo tenemos levantado hacia el
Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro
Dios
R. es justo y necesario
Tras el intercambio de saludos entre
el celebrante y la asamblea, como al inicio de la Misa, hay una invitación a
levantar el corazón al Señor y a darle gracias.
Prefacio
Verdaderamente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, por
Jesucristo tu Hijo amado. Por Él, que es tu palabra, hiciste
todas las cosas, con sabiduría y amor; tu nos lo enviaste para que, hecho
hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de la Virgen María, fuera nuestro
salvador y redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad para destruir la muerte
y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz y así adquirió
para Ti un pueblo santo. Por eso, con
los ángeles y los santos cantamos tu gloria diciendo:
El primer elemento de la Plegaria
Eucarística, expresa de modo destacado el carácter de acción de gracias de la
Eucaristía. Es una bendición dirigida a
Dios Padre, que recuerda las grandes cosas que ha realizado y sigue realizando
en la historia de la Salvación. El Prefacio varía según lo que celebramos y
tiene como centro la salvación obrada por Cristo.
Aclamación o Santo
Santo, santo, santo es el Señor, Dios
del universo. Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Hosanna en el cielo
La comunidad interrumpe al celebrante
con una explosión de gloria a Dios. Es como la unión explicita y gozosa de la
asamblea a la alabanza que acaba de proclamar el celebrante. Es una aclamación
festiva, cuyo contenido expresa nuestra unión con los ángeles y los santos en
una única alabanza dirigida a Dios Padre
Primera Epíclesis
Santo ere en verdad, Señor, fuente de
toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión
de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de
Jesucristo, nuestro Señor.
El vere sanctus Continúa la
acción de gracias por la historia de la Salvación y la alabanza divina, y sirve
de enlace con la primera invocación al
Espíritu Santo. Dios es santo y le pedimos que envíe su Espíritu santo sobre
nuestra celebración, para que consagre nuestras ofrendas.
Invocamos al Padre sobre los dones de
pan y vino, y le pedimos que le pedimos, por medio del Espíritu, los santifique
y transforme con su fuerza salvadora en la realidad del Señor glorioso, en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que van a
recibir en la comunión sea para la salvación de quienes la reciban.
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