Me llamó la atención este reportaje
que lleva como título, “El señor de las tortillas”, me sonó un poco extraño
porque no había visto algo semejante, pero ya analizándolo mejor, es de
admirar la honradez de este hermano, y la dignidad de este trabajo. Les dejo con el texto original, y espero
sus comentarios.
Con orgullo se
dedica a este oficio desde hace más de una década.
Froilán Gómez Xuyá se despierta a eso
de las 5 horas y una hora más tarde ya está trabajando. Su oficio: torteador.
Él es uno de los pocos hombres en Guatemala que se dedican a esa tarea que, por
lo general, ejecutan las mujeres.
“La gente se extraña cuando me ve.
Dicen: ¡Es hombre!”, cuenta con una tímida sonrisa. “Algunos me felicitan y
otros se burlan. Yo no digo nada; solo veo el teatro que hacen. Lo que pienso
es que trabajo es trabajo, y lo que se hace con honradez, Dios lo bendice y uno
se dignifica”, comenta.
Gómez Xuyá, de 35 años, tortea desde
hace 13. Asegura que nadie le enseñó el oficio. “Ha sido la necesidad de
ganarse la vida”, refiere. Debe mantener a su esposa —quien le ayuda— y a tres
hijos: dos hombres y una mujer.
El lugar donde reside y trabaja está
ubicado en el lote 122, entre 7a. y 6a. avenida A, y 3a. calle, colonia Las
Margaritas, zona 10, San Miguel Petapa.
Es un espacio sencillo, con piso de
tierra, algunas paredes de bloc y otras de madera o lámina.
Adentro se escuchan los palmoteos
hasta darle forma redonda a la masa. ¡Plap! ¡plap! ¡plap! suena una y otra vez.
Luego coloca las tortillas en un comal que funciona con gas. Al terminar cada
tortilla da una especie de aplauso. Es como un tic. “No sé por qué lo hacemos;
es costumbre”, refiere Gómez Xuyá. La rapidez con que tortea es impresionante.
Las tortillas quedan redondas y de buen tamaño.
“Cuando la venta es buena usamos entre
60 y 90 libras de masa durante el día”, explica. “Es difícil salir con los
gastos del mes. Casi que todo el esfuerzo es para pagar el alquiler y comer”,
añade.
La gente llega poco a poco al negocio,
sobre todo unos minutos antes de los tiempos de comida. Es después de ese lapso
de mayor demanda que Gómez Xuyá se alimenta. “Me encantan las tortillas, y
mejor con frijolitos”, comenta, sonriente. Al finalizar la jornada, a eso de
las 21.30 horas, acude a las reuniones del movimiento carismático, “para rezar
por los enfermos y por todos aquellos que lo necesitan”.
Por último se va a dormir y a esperar
el día siguiente, para volver a su trabajo, ese que lo honra y dignifica. Aqui
Froilán Gómez Xuyá |
Dios bendiga a todas las personas que se ganan el pan de cada día honradamente.
Felicidades P. Carlos por su blog, ánimo en esta aventura de pescar almas atraves del internet.
ResponderEliminarEspero que nos siga comentando sobre los libros que está leyendo...
Lo estaremos siguiendo desde el Seminario Mayor
Atentamente: Seminarista de Introductorio.
Muchas gracias seminaristas del Mayor, aquí en la parroquia intento de leer algo, aunque todos los libros que presente en este blog, se quedaron como recuerdos al Seminario Menor, animo siemrpe a todos a que no dejen de leer, el fruto de esta lectura les servirá en el futuro.
ResponderEliminarGracias Padre Carlos por este medio de comunicación, todo el contenido del blog esta buenísimo, gracias por compartir de lo que usted lee, de mi parte no es mi fuerte la lectura ya que acá me informo de buena manera. Éxitos que siga adelante en la obra del señor.
ResponderEliminarMuchas gracias Víctor, me alegro que estes pendiente de este medio, te encomiendo siempre!!!!
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