En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.
El misterio de la Visitación, preludio de la misión del Salvador
1. En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo, manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.
El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea, usa el verbo anístemi, que significa levantarse, ponerse en movimiento. Considerando que este verbo se usa en los evangelios para indicar la resurrección de Jesús (cf. Mc 8,31; 9,9.31; Lc 24,7.46) o acciones materiales que comportan un impulso espiritual (cf. Lc 5,27-28; 15,18.20), podemos suponer que Lucas, con esta expresión, quiere subrayar el impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al mundo el Salvador.
2. El texto evangélico refiere, además, que María realiza el viaje «con prontitud» (Lc 1,39). También la expresión «a la región montañosa» (Lc 1,39), en el contexto lucano, es mucho más que una simple indicación topográfica, pues permite pensar en el mensajero de la buena nueva descrito en el libro de Isaías: «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!» (Is 52,7).
Así como manifiesta san Pablo, que reconoce el cumplimiento de este texto profético en la predicación del Evangelio (cf. Rom 10,15), así también san Lucas parece invitar a ver en María a la primera evangelista, que difunde la buena nueva, comenzando los viajes misioneros del Hijo divino.
La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (cf. Lc 9,51).
En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos.
3. El encuentro con Isabel presenta rasgos de un gozoso acontecimiento salvífico, que supera el sentimiento espontáneo de la simpatía familiar. Mientras la turbación por la incredulidad parece reflejarse en el mutismo de Zacarías, María irrumpe con la alegría de su fe pronta y disponible: «Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,40).
San Lucas refiere que «cuando oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno» (Lc 1,41). El saludo de María suscita en el hijo de Isabel un salto de gozo: la entrada de Jesús en la casa de Isabel, gracias a su Madre, transmite al profeta que nacerá la alegría que el Antiguo Testamento anuncia como signo de la presencia del Mesías.
Ante el saludo de María, también Isabel sintió la alegría mesiánica y «quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1,41-42).
En virtud de una iluminación superior, comprende la grandeza de María que, más que Yael y Judit, quienes la prefiguraron en el Antiguo Testamento, es bendita entre las mujeres por el fruto de su seno, Jesús, el Mesías.
4. La exclamación de Isabel «con gran voz» manifiesta un verdadero entusiasmo religioso, que la plegaria del Avemaría sigue haciendo resonar en los labios de los creyentes, como cántico de alabanza de la Iglesia por las maravillas que hizo el Poderoso en la Madre de su Hijo.
Isabel, proclamándola «bendita entre las mujeres», indica la razón de la bienaventuranza de María en su fe: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,45). La grandeza y la alegría de María tienen origen en el hecho de que ella es la que cree.
Ante la excelencia de María, Isabel comprende también qué honor constituye para ella su visita: «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). Con la expresión «mi Señor», Isabel reconoce la dignidad real, más aún, mesiánica, del Hijo de María. En efecto, en el Antiguo Testamento esta expresión se usaba para dirigirse al rey (cf. 1 R 1, 13, 20, 21, etc.) y hablar del rey-mesías (Sal 110,1). El ángel había dicho de Jesús: «El Señor Dios le dará el trono de David, su padre» (Lc 1,32). Isabel, «llena de Espíritu Santo», tiene la misma intuición. Más tarde, la glorificación pascual de Cristo revelará en qué sentido hay que entender este título, es decir, en un sentido trascendente (cf. Jn 20,28; Hch 2,34-36).
Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.
En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de mediadora: «Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44). La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina.
|
miércoles, 31 de mayo de 2017
MARÍA REALIZA EL VIAJE CON PRONTITUD
domingo, 28 de mayo de 2017
DIOS ASCIENDE ENTRE ACLAMACIONES
La Iglesia vive con
la conciencia de haber sido llamada a vivir el camino del discipulado. En
continuidad con los 11 discípulos que fueron a Galilea, nosotros reconocemos
que Jesús sigue llamándonos gratuitamente, no por nuestros diplomas o
nombramientos, sino por pura generosidad. Para responder a ese llamado, tenemos
que vivir una espiritualidad de la escucha, tanto de la Palabra de Dios, como
de las necesidades y demandas de la comunidad a quien servimos. Para vivir la
espiritualidad del discipulado es necesario ponernos en camino, como se
pusieron los discípulos camino de Galilea.
Con el auxilio del Espíritu seremos
capaces de ir haciendo el discernimiento necesario para presentar de manera
adecuada las enseñanzas de Jesús a los discípulos que viven su fe en las
circunstancias cambiantes del mundo moderno. Es necesario conservar el vino
nuevo en odres nuevos.
La misión del Señor
Jesús en la tierra, alcanzó su realización al pasar de la muerte a la vida.
Jesús proclamó su mensaje, realizó señales, conformó un grupo de discípulos y
realizó el supremo testimonio de entregar su vida al Padre.
Ahora se inaugura el
tiempo de la Iglesia. Los que nos reconocemos miembros de la Iglesia, sabemos
que nuestra misión es vivir como discípulos de Jesús. La mejor manera de
responder a esta vocación es animando a otras personas a vivir esa vocación. Es
una misión demandante que no se cumple con el puro esfuerzo humano, sino que
requiere de la asistencia de Jesús glorificado. No es posible evadir esa
misión, el verdadero discípulo no puede desentenderse de su misión
evangelizadora. Por eso, Jesús sacude el desánimo de los discípulos: ¿qué hacen
ahí plantados mirando al cielo?
San León Magno nos ayuda
a profundizar la Ascensión del Señor: „«Lo que era visible en nuestro Salvador
ha pasado ahora a sus misterios». ¿A qué misterios? A los que ha confiado a su
Iglesia. El gesto de bendición se despliega en la liturgia, las huellas sobre
tierra marcan el camino de los sacramentos. Y es un camino que conduce a la
plenitud del definitivo encuentro con Dios.
sábado, 27 de mayo de 2017
ASÍ NOS EXPRESAMOS LOS GUATEMALTECOS; ADMÍTELO, TU TAMBIÉN LO HAS DICHO
En Guatemala no estás enamorado, estás más
colgado que chorizo en tienda. Es común escuchar que las personas están
“colgadas”, es decir, enamoradas.
Los chapines no viven lejos, viven hasta dónde el diablo dejó tirada la chancleta. Vivís hasta donde el diablo dejo tirada la chancla.
Los guatemaltecos no ven algo, le echan el ojo. ¡Ya le echaste el ojo va!
Las siestas no existen en Guatemala, aquí las personas se echan un cuaje. No es voy a tomar la siesta, es “me voy a echar un mi cuaje”.
Los chapines no son infieles, ellos queman el rancho.
Un guatemalteco no es malo, es pura lata. ¡No seas pura lata vos!
QUE SI NOS CANSAMOS LOS CURAS ¿QUÉ ES LO QUE MÁS CANSA?
¿Qué nos cansamos a veces los curas?
Nos cansamos. ¿Qué en ocasiones nos hartamos? Pues
sí. ¿Qué hay días en que mandarías a
todo el mundo a hacer gárgaras? Sin
dudarlo. Lo que me apetece hoy es contar qué cosas son esas que acaban
con la paciencia de uno.
Vaya por delante que,
salvo rarísimas excepciones, a nadie nos fastidia lo que es propia y
realmente el ejercicio del ministerio. Lo triste es que al final, lo que
se dice al final, lo que te acaba agotando, son justo las cosas más
intrascendentes pero que para tus feligreses parece ser lo que de verdad
importa. ¿Me dejan poner ejemplos? ¡Vamos a ello!
· Si ponemos a la Virgen el
manto blanco, el verde o el que regaló doña Pepita.
· Las flores de la
capilla de la adoración perpetua, que siendo las que son, son muchas para
Juani, pocas para don José, pobres para Alfonsa y a quién se le ocurre colocar
esos lilium que echan un olor que no hay quien aguante. Por cierto, don Jorge
(otro u otra) qué detalle los lilium, con lo bien que huelen.
· Los bancos reservados para
los papis en las comuniones. ¿Y no van a reservar para abuelos?
· El aire acondicionado en
verano, jamás en su punto justo.
· La llamada de teléfono a
las a las 14:30 h. pidiendo concretar fecha para un bautizo. Es que estoy
haciéndome la comida… Huy, disculpe… ¿pero no me podría hacer el favor de
mirarlo?
· Tres meses sin poner el
mantel que regalaron los Martínez de la Putufuá.
· Los niños ¡ay los
niños! Que si es que usted aguanta muy poco. Lo que pasa es que usted
aguanta demasiado.
· Pues en la Iglesia de
santa Veneranda lo hacen así.
· Media hora de sesión
fotográfica tras bautizo. ¿Podrían ir saliendo, que tenemos misa en diez
minutos? No, si encima de que venimos, nos echan.
· El día de catequesis de
Vanessa, que no puede ser ni martes, ni jueves ni viernes, no quiere estar con
María, pero sí con Beatriz, y que no le toque de catequista Puri.
· Pasarte, tras una boda, media
hora barriendo arroz.
Creo que no hace
falta seguir. Bueno, ahora seguro que tengo que añadir el de qué cura más
antipático que por todo se molesta. Quizá tengan razón. Pero tampoco me apetece
discutir.
Fuente; Infocatolica.com
Fuente; Infocatolica.com
DIOS NO QUIERE ESCLAVOS, SINO HIJOS
Permitidme narrar un
suceso de mi vida personal, ocurrido hace ya muchos años. Un día un amigo de
buen corazón, pero que no tenía fe, me dijo, mientras señalaba un mapamundi:
mire, de norte a sur, y de este o oeste. ¿Qué quieres que mire?, le pregunté.
Su respuesta fue: el fracaso de Cristo. Tantos siglos, procurando meter en la
vida de los hombres su doctrina, y vea los resultados. Me llené, en un primer
momento de tristeza: es un gran dolor, en efecto, considerar que son muchos los
que aún no conocen al Señor y que, entre los que le conocen, son muchos también
los que viven como si no lo conocieran.
Pero esa sensación
duró sólo un instante, para dejar paso al amor y al agradecimiento, porque
Jesús ha querido hacer a cada hombre cooperador libre de su obra redentora. No
ha fracasado: su doctrina y su vida están fecundando continuamente el mundo. La
redención, por Él realizada, es suficiente y sobreabundante.
Dios no quiere
esclavos, sino hijos, y respeta nuestra libertad. La salvación continúa y
nosotros participamos en ella: es voluntad de Cristo que —según las palabras
fuertes de San Pablo— cumplamos en nuestra carne, en nuestra vida, aquello que
falta a su pasión, en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia.
Vale la pena jugarse
la vida, entregarse por entero, para corresponder al amor y a la confianza que
Dios deposita en nosotros. Vale la pena, ante todo, que nos decidamos a tomar
en serio nuestra fe cristiana.
Al recitar el Credo, profesamos creer en Dios
Padre todopoderoso, en su Hijo Jesucristo que murió y fue resucitado, en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Confesamos que la Iglesia, una santa,
católica y apostólica, es el cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo.
Nos alegramos ante la remisión de los pecados, y ante la esperanza de la resurrección
futura. Pero, esas verdades ¿penetran hasta lo hondo del corazón o se quedan
quizá en los labios? El mensaje divino de victoria, de alegría y de paz de la
Pentecostés debe ser el fundamento inquebrantable en el modo de pensar, de
reaccionar y de vivir de todo cristiano.
viernes, 26 de mayo de 2017
SABES ¿CUÁL ES EL VERDADERO SENTIDO DEL "ME GUSTA"?
El verdadero Me gusta es el
Me gusta del encuentro: Me gusta ser tu amigo.
WhatsApp, Facebook e Instagram fueron creados para poder compartir información y comunicarnos con personas que nos interesan, pero que no están cerca de nosotros; así podemos mandar mensajes, compartir historias y fotografías con quienes no están a nuestro lado. Las cosas que compartimos pueden ser calificadas por nuestros amigos con un Me gusta. Así podemos saber cuánta gente vio lo que subimos, y seamos sinceros: a todos nos gusta recibir Me gusta, muchos Me gusta.
WhatsApp, Facebook e Instagram fueron creados para poder compartir información y comunicarnos con personas que nos interesan, pero que no están cerca de nosotros; así podemos mandar mensajes, compartir historias y fotografías con quienes no están a nuestro lado. Las cosas que compartimos pueden ser calificadas por nuestros amigos con un Me gusta. Así podemos saber cuánta gente vio lo que subimos, y seamos sinceros: a todos nos gusta recibir Me gusta, muchos Me gusta.
Recibir un Me gusta en redes
sociales es relativamente fácil: subes una fotografía, la ven tus amigos y
familiares y le dan Me gusta sin pensarlo mucho. Las cosas que llaman más
la atención reciben más Me gusta y se vuelven virales: más gente las ve, más
gente las comparte y se transmiten como si fueran un virus.
Compartir algo no tiene
complicación alguna: simplemente eliges una fotografía en la que te gusta cómo
te ves (y descartas las otras muchas que tomaste), la subes a tus redes
sociales, te olvidas de ello (si puedes) por un par de horas, y cuando vuelves
ya tienes varios Me gusta. La ventaja y el problema de las fotografías y
los vídeos es que son estáticos, porque mientras la gente los ve tú no tienes
que escuchar, no tienes que poner atención, no tienes que responder, ni te
cansas de sonreír. Ese Me gusta está bien, pero es el más barato de todos.
El verdadero Me gusta es el
Me gusta del encuentro. Ése es mucho más valioso; es el que se gana en la vida
real, en las conversaciones diarias, en el mutuo intercambio en el que no hay
tiempo para elegir una cara de entre 10 posibles: tienes que sonreír y ser
amable de principio a fin; y eso en ocasiones sí puede ser cansado.
Ese deseo por obtener un Me
gusta debe mantenerse durante todo el tiempo con la otra persona, quien por
cierto, también está buscando un Me gusta. Ahí no basta con sonreír al inicio
de una conversación, no basta ser amable por un momento, porque en el encuentro
con quienes te rodean tu actitud no se suspende en una imagen ni queda dentro
de un guion de video que tú ya conoces; en la vida real tu rostro expresa
inmediatamente lo que llevas dentro, y todo lo que quisieras llevar dentro.
Espero no convertirme en un
buscador de los Me gusta de la gente de fuera y lejos sin primero luchar con
avidez y sinceridad por los Me gusta de la gente a mí alrededor, de los más
cercanos: mis hermanos, mis papás, mis compañeros de trabajo. En esas
relaciones es donde me doy cuenta de quién soy verdaderamente. Es cierto que no
podemos agradar a todos, ni debemos intentarlo falsamente. Pero creo que todos
estamos llamados a ser fuentes de paz, de alegría y de esperanza. Esos Me gusta
no quedan registrados en ningún lado… o tal vez, sólo en el corazón de quienes
nos conocen.
No digo que renunciemos a
las redes sociales, no. Pero que nuestro esfuerzo por conseguir un Me
gusta no se quede ahí, que no olvidemos la belleza de contemplar e interactuar
con un rostro vivo ofreciendo también nosotros lo mejor que tenemos;
necesitamos al otro y el otro nos necesita. Vivamos la vida real. Que cada
mañana nos levantemos con la sincera intención de tratar a los demás de tal
manera que puedan decir: Me gusta platicar contigo, Me gusta escucharte,
Me gusta ser tu amigo.
Fuente: Catholic.net
CUAL ES EL ROL DE MARÍA EN NUESTRA SALVACIÓN
Al discutir sobre la persona y rol de
María, Madre de Jesús, siempre deben ser evitados dos extremos. El primero es
el que llamamos el del exceso Mariano. Esto significa poner a la Bienaventurada
Virgen al nivel de lo divino, asignarle a María una naturaleza divina que le
otorgue igualdad con Dios mismo. Esto, por supuesto viola la verdad revelada,
la completa aunque exaltada humanidad de María. Aunque históricamente ha habido
pocas ocasiones cuando la Madre de Jesús ha sido puesta como una “diosa”, no
obstante, resulta un exceso Mariano que es obviamente, un grave peligro para la
fe Cristiana.
El segundo extremo en relación a la
persona y rol de la Bienaventurada Virgen, es lo que podemos llamar deficiencia
Mariana.
Esto significa minimizar el rol de la
Bienaventurada Virgen. ¿Qué se está significando con minimizar el rol de María?
Sería el asignarle a María el rol de ser sólo una “buena discípula”, una
“hermana del Señor”, un mero “canal físico de Jesús”, pero nada más allá de
esto.
Desafortunadamente es este segundo
extremo que es encontrado hoy más
ampliamente. Este extremo también viola la verdad revelada sobre la
Bienaventurada Virgen, puesto que María es revelada, como hablaremos de ello,
como intercesora y como Madre Espiritual. El negarle a María el rol de Madre
Espiritual es negar ese aspecto tan central en su propia identidad y su
relación con Cristo y su Cuerpo, la Iglesia.
Como veremos, hay ejemplos claros en
la Escritura del rol de María como intercesora y Madre Espiritual en lugares
tales como en las bodas de Caná, Juan 2:1, donde María intercede por el primer
milagro de Jesús, lo mismo que en Juan 19:26, donde se le otorga al pie de la
Cruz, el rol de Madre Espiritual de Juan, el discípulo amado, y posteriormente
de todos los discípulos del Señor.
Podemos encontrar estos dos extremos,
exceso Mariano y defecto Mariano, referido en una declaración del Concilio
Vaticano II, en relación al balance adecuado de la devoción Mariana:
[El Sínodo] exhorta encarecidamente a
los teólogos y a los predicadores de la divina palabra, que se abstenga con
cuidado tanto de toda falsa exageración como también de una excesiva estrechez
de espíritu, al considerar la singular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando
el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y doctores y de las liturgias
de la Iglesia, bajo la dirección del Magisterio, ilustren rectamente los dones
y privilegios de la Bienaventurada Virgen, que siempre están referidos a
Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad. (Lumen Gentium, No.
67)
Y TU ¿CÓMO TE ESTAS PREPARANDO PARA EL PENTECOSTÉS?
Los Hechos de los Apóstoles, al
narrarnos los acontecimientos de aquel día de Pentecostés en el que el Espíritu
Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre los discípulos de Nuestro
Señor, nos hacen asistir a la gran manifestación del poder de Dios, con el que
la Iglesia inició su camino entre las naciones. La victoria que Cristo —con su
obediencia, con su inmolación en la Cruz y con su Resurrección— había obtenido
sobre la muerte y sobre el pecado, se reveló entonces en toda su divina
claridad.
Los discípulos, que ya eran testigos de
la gloria del Resucitado, experimentaron en sí la fuerza del Espíritu Santo:
sus inteligencias y sus corazones se abrieron a una luz nueva. Habían seguido a
Cristo y acogido con fe sus enseñanzas, pero no acertaban siempre a penetrar
del todo su sentido: era necesario que llegara el Espíritu de verdad, que les
hiciera comprender todas las cosas. Sabían que sólo en Jesús podían encontrar
palabras de vida eterna, y estaban dispuestos a seguirle y a dar la vida por
Él, pero eran débiles y, cuando llegó la hora de la prueba, huyeron, lo dejaron
solo. El día de Pentecostés todo eso ha pasado: el Espíritu Santo, que es
espíritu de fortaleza, los ha hecho firmes, seguros, audaces. La palabra de los
Apóstoles resuena recia y vibrante por las calles y plazas de Jerusalén.
Los hombres y las mujeres que, venidos
de las más diversas regiones, pueblan en aquellos días la ciudad, escuchan
asombrados. Partos, medos y elamitas, los moradores de Mesopotamia, de Judea y
de Capadocia, del Ponto y del Asia, los de Frigia, de Pamfilia y de Egipto, los
de Libia, confinante con Cirene, y los que han venido de Roma, tanto judíos
como prosélitos, los cretenses y los árabes, oímos hablar las maravillas de
Dios en nuestras propias lenguas. Estos prodigios, que se obran ante sus ojos,
les llevan a prestar atención a la predicación apostólica. El mismo Espíritu
Santo, que actuaba en los discípulos del Señor, tocó también sus corazones y
los condujo hacia la fe.
Nos cuenta San Lucas que, después de
haber hablado San Pedro proclamando la Resurrección de Cristo, muchos de los
que le rodeaban se acercaron preguntando: —¿qué es lo que debemos hacer,
hermanos? El Apóstol les respondió: Haced penitencia, y sea bautizado cada uno
de vosotros en nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y
recibiréis el don del Espíritu Santo. Aquel día se incorporaron a la Iglesia,
termina diciéndonos el texto sagrado, cerca de tres mil personas.
La venida solemne del Espíritu en el
día de Pentecostés no fue un suceso aislado. Apenas hay una página de los
Hechos de los Apóstoles en la que no se nos hable de Él y de la acción por la
que guía, dirige y anima la vida y las obras de la primitiva comunidad
cristiana: Él es quien inspira la predicación de San Pedro, quien confirma en
su fe a los discípulos, quien sella con su presencia la llamada dirigida a los
gentiles, quien envía a Saulo y a Bernabé hacia tierras lejanas para abrir
nuevos caminos a la enseñanza de Jesús. En una palabra, su presencia y su
actuación lo dominan todo.
jueves, 25 de mayo de 2017
EL SIGNIFICADO DEL FUEGO
En nuestras celebraciones:
· Aparece en forma de lámparas y cirios
encendidos durante la celebración o delante del sagrario. Aparte del simbolismo
de la luz entra aquí también esa misteriosa realidad que se llama fuego: la
llama que se va consumiendo lentamente mientras alumbra, embellece, calienta,
dando sentido familiar a la celebración.
· Vigilia de Pascua: Es la celebración que
queda enriquecida de modo más explícito con el simbolismo del fuego. La hoguera
que arde fuera de la Iglesia
y de la que se va a encender el Cirio Pascual remite intensamente al triunfo de
la luz sobre las tiniebla, del calor sobre el frío, de la vida sobre la muerte.
De allí partirá la procesión con su festivo grito: "Luz de Cristo", y
la luz se irá comunicando progresivamente a cada uno de los participantes. El
simbolismo de la luz está realmente muy aprovechado en el lenguaje festivo de la Noche Pascual. Pero
en su raíz está el fuego que tiene sus direcciones propias y riquísimas.
Su simbolismo natural
El lenguaje del fuego tiene en nuestra
sensibilidad humana y social, una interesante serie de sentidos. El fuego
calienta, consume, quema, ilumina, purifica, es fuente de energía. Es origen de
innumerables beneficios para la humanidad, pero también destruye, castiga,
asusta y mata. Es un elemento bienhechor pero a la vez peligroso. Un rayo
o un incendio pueden generar calamidades enormes. Sin el fuego no podemos
vivir, pero puede causarnos también la muerte. No es nada extraño que en torno
a este misterioso elemento natural se haya creado todo un simbolismo:
·
Para expresar la presencia misma de la
divinidad, invisible pero fuerte, incontrolable, purificadora, castigadora.
·
O para designar los sentimientos humanos,
como la pasión, que está escondida pero que puede alcanzar una fuerza inaudita,
para bien o para mal: el amor, el odio, el entusiasmo...etc.
·
El fuego es también la imagen del calor
familiar, el crepitar de la llama en el hogar ilumina la vida, ahuyenta el
frío, da alegría y sensación de bienestar.
En la Revelación :
Para saber toda la densidad de
significado que el fuego puede llegar a tener y lo que puede expresar también
en nuestras celebraciones, no hay mejor medio que repasar, que de lo que él
dicen el Antiguo y Nuevo Testamento. Ante todo, el fuego sirve para expresar de
algún modo lo que es imposible de expresar: la presencia misteriosa de Dios
mismo en la historia humana.
Recordemos el misterioso episodio de
la zarza que arde sin consumirse (Ex 3). Moisés se acerca a un lugar que en
seguida reconoce como sagrado, y oye la voz "Yo soy el Dios de
Abraham...". También es con el fuego con el que se simboliza el juicio de
Dios, como el fuego que penetra a todo ser existente, lo pone en evidencia, lo
purifica o lo castiga. (Véase: Dan. 7,10 ; Gen 19 ; Is 66,16)
miércoles, 24 de mayo de 2017
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ LOS DIVERSOS COLORES EN LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA?
El color como uno de los elementos visuales más sencillo y eficaces, quiere
ayudarnos a celebrar mejor nuestra fe. Su lenguaje simbólico nos ayuda a
penetrar mejor en los misterios celebrados: "La diversidad de colores
en las vestiduras sagradas tiene como fin expresar con más eficacia, aun
exteriormente tanto las características de los misterios de la fe que se
celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año
litúrgico." (Misal romano - IGMR 307)
martes, 23 de mayo de 2017
AMBIENTE COLOQUIAL, CERCANO Y MUY FRATERNO
El papa Francisco recibió
este lunes en el Vaticano a los obispos de Guatemala en visita Ad Limina. Mons. Gonzalo de Villa,
obispo de Sololá- Chimaltenango, y presidente de la Conferencia Episcopal de
Guatemala conversó hoy con ZENIT sobre el encuentro.
En particular
profundizó la problemática de las migraciones de su país hacia Estados
Unidos, tema que seguramente entrará en la audiencia que este miércoles el
Santo Padre concederá al presidente estadounidense Ronald Trump.
¿Cómo
fue este encuentro, de qué hablaron?
Mons.
Gonzalo: Fue muy bonito, estuvimos casi dos horas con él en un
ambiente coloquial, muy cercano y muy fraterno. Pudimos tocar una diversidad de
temas, algunos por iniciativa nuestra, algunos por preguntas o comentarios que
el mismo Papa nos fue haciendo. Salimos todos muy contentos y a gusto de haber
sentido su cercanía, y también gracias la facilidad del idioma. Nuestra
experiencia del día de ayer fue muy hermosa.
¿Cuándo
inició y concluye la visita?
Mons.
Gonzalo: La visita inició ayer lunes a las 7 de la mañana, con
una misa en la basílica de San Pedro y concluye el próximo viernes.
¿Conversaron
del tema de las migraciones? ¿Cómo influye en un país de 16 millones de
personas?
Mons. Gonzalo: Sí, además
sobre el tema el Papa recibirá mañana al presidente Trump. En nuestro caso
tenemos 3 millones de guatemaltecos en Estados Unidos. La migración por un lado
es una bendición pero por otro una maldición. Tiene una ventaja inmensa,
el año pasado el país recibió 6.000 millones de dólares, el siguiente producto
de exportación fue el café que llegó a 1.000 millones. Además las remesas se
redistribuyen mucho más que cualquier otro producto que se concentra en
comerciantes, intermediarios etc. De otro lado permite que muchas familias
vivan de este dinero que llega del norte. Eso invita a que otros se sigan
yendo, entretanto muchos de los que se van son hombres casados, que siguen
enviando dinero pero inician otra familia en el norte. La migración genera
problemas graves.
¿Por
qué sucede esto en un país relativamente rico?
Mons. Gonzalo: El problema
es que el país no tiene capacidad de general empleo especialmente en las zonas
donde vive más gente y hay menos empleos.
¿Y
no hay inversiones?
Mons. Gonzalo: Otro de los
grandes problemas que tenemos es que en el interior del país se ha creado una
gran aversión hacia la inversión extranjera, y esa reacción señala que todo el
que viene es para saquearnos. La experiencia indica que los empleos que se
pueden generar a nivel local son mínimos o peor aún, ilegales,
llámese contrabando o narcotráfico.
Un policía me decía que en
el municipio en el que veía más delincuencia juvenil era justamente en donde
más personas emigraron, creando la peor combinación para un adolescente: no
tienen la autoridad paterna presente, pero sí dinero que les llega desde
Estados Unidos. O sea que se reemplaza la autoridad con los regalos. La
educación de ellos es pésima.
El Santo Padre les habrá
animado a proseguir en vuestra tarea…
Mons. Gonzalo: El Papa
conoce bastante esta realidad por lo temas de Aparecida, y lo dicho en la Evangelii
Gaudium, la Amoris Laetitia, y por su puesto la Laudato Si’. Todos
son temas que nos tocan mucho, a la población indígena y a todo el mundo. El
respeto a la creación está en el trasfondo cultural de la población indígena.
En eso hay una gran sintonía con el Papa y lo que él plantea.
¿De
qué otros temas hablaron?
Mons. Gonzalo: Salió el tema
de las sectas y su crecimiento, está eso que es parte de la sociedad líquida,
la gente sale aquí vuelve allá, el grado de fidelidad es mucho menor y esto se
vive en la religión, en la política, en el matrimonio; la cultura no es un
factor que promueva la fidelidad. Pero por otro lado nuestras iglesias
están repletas, con mucha juventud. Y hemos construidos en los diez años
que estoy en mi diócesis, unos 100 templos, algunos con la capacidad 1.000
o 1.500 personas sentadas. El 80 por ciento con recursos y sacrificios
locales. Los párrocos tienen que ‘salir’, pero la demanda es masiva y son
muchos que vienen. De todos modos hay que salir hacia los que se han alejado.
¿Han
invitado al Papa a Guatemala?
Mons. Gonzalo: Sí, claro y
le leí una carta muy bonita de una parroquia de mi diócesis en donde el párroco
que estaba allí fue asesinado en 1981. Y este año, el 23 de septiembre será
beatificado. Le regalamos al papa su retrato. Es Francis Stanley Rother, un estadounidense
que aprendió la lengua local, el tzutujil. Este tema del pasado martirial está
presente en la Iglesia y en la labor que la Iglesia desarrolla.
Fuente; Zenit
Fuente; Zenit
domingo, 21 de mayo de 2017
LA VERDAD SOBRE MARÍA
Santa María, Madre de Dios, tu has dado al mundo su
verdadera luz, Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios. Te has entregado por completo a
la llamada de Dios y te has convertido así en fuente de la bondad que mana de
Él. Muéstranos a Jesús. Guíanos
hacia Él. Enséñanos a conocerlo y
amarlo, para que también nosotros podamos ser capaces de un verdadero amor y
ser fuentes de agua viva en medio de un mundo sediento.
viernes, 19 de mayo de 2017
¡CANTAMOS MUY ALEGRES TU SANTIDAD!
En víspera de su fiesta
recordamos lo que fue; San Bernardino fue el más famoso predicador del 1400 y
sus sermones sirvieron de modelos de predicción para muchos oradores en los
siglos siguientes.
Nació cerca de Siena en
Italia en el año 1380. Su padre era gobernador. El niño quedó huérfano de padre
y madre a los siete años. Dos tías se encargaron de su educación y lograron
formarlo lo mejor posible en ciencias religiosas y darle una educación muy completa.
Sus estudios de bachillerato los hizo con tal dedicación que obtuvo las mejores
notas.
Era muy simpático en el
trato y las gentes gozaban en su compañía. Pero cuando oía a alguien que
empleaba un vocabulario grosero y atrevido le corregía con toda valentía, para
que abandonara esa mala costumbre.
Era muy bien parecido y un
día un compañero lo incitó a cometer una acción impura. Bernardino le respondió
dándole una sonora bofetada. Otro día un estudiante invitó a los compañeros del
curso a cometer impurezas y Bernardino los animó a todos contra el impuro y le
lanzaron barro y basura por la cara hasta hacerlo salir huyendo. Pero en el
resto de su vida Bernardino fue siempre un modelo de amabilidad y bondad.
De joven se afilió a una
asociación piadosa llamada "Devotos de Nuestra Señora" que se
dedicaba a hacer obras de caridad con los más necesitados. Y sucedió que en el
año 1400 estalló en Siena la epidemia de tifo negro. Cada día morían centenares
de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los
muertos, por temor a contagiarse.
Entonces Bernardino y sus compañeros de la
asociación se dedicaron a atender a los apestados. Trabajaban de día y de
noche. Bernardino preparaba muy bien a los que ya se iban a morir, para que
murieran en paz con Dios y bien arrepentidos de sus pecados. Y como por
milagro, este grupo de jóvenes se libró del contagio de la peste del tifo. Pero
cuando pasó la enfermedad, Bernardino estaba tan débil y sin alientos, que
estuvo por varios meses postrado en cama, con alta fiebre. Esto le disminuyó
mucho las fuerzas de su cuerpo, pero le sirvió enormemente para aumentar la
santidad de su alma.
Cuando ya recobró otra vez
su salud, de vez en cuando se alejaba de casa y a quienes le preguntaba a dónde
se dirigía les respondía: "Voy a visitar a una personita de la cual estoy
enamorado". La gente creía que era que se iba a casar, pero un día sus
tías le siguieron los pasos y se dieron cuenta de que se iba a una ermita donde
había una estatua de la Virgen Santísima y allí le rezaba con gran fervor.
En el año 1402 entró de
religioso franciscano. Lo recibieron en un convento cercano a su familia, pero
como allí iban muchos amigos a visitarlo pidió que lo enviaran a otro más
alejado y donde la disciplina era muy rígida, y así en el silencio, la oración
y la mortificación se fue santificando.
Nuestro santo nació el día
de la fiesta del nacimiento de la Santísima Virgen, el 8 de septiembre. Y en
esa misma fecha recibió el bautismo. Y también un 8 de septiembre recibió el hábito
de franciscano y en ese gran día de la Natividad de Nuestra Señora recibió la
ordenación sacerdotal (en 1404). Fue pues siempre para él muy grata y muy
significativa esta santa fecha.
Los primeros 12 años de
sacerdocio los pasó Bernardino casi sin ser conocido de nadie. Vivía retirado,
dedicado al estudio y la oración. Dios lo estaba preparando para su futura
misión.
jueves, 18 de mayo de 2017
LOS NOVIOS Y LOS CASADOS
Los novios y los casados han sido llamados
por Dios a realizar un misterio de gracia muy grande: el matrimonio. El mismo
Dios es quien lo ha inventado. Él, al crear al hombre y la mujer, quiso que se
unieran con un vínculo de amor perpetuo, y que fuera en ese marco sagrado donde
se produjera la transmisión de la vida humana.
Al principio de todo, «creó Dios al hombre a
su imagen; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Creced,
multiplicaos, llenad la tierra y sometedla» (Gén 1,27-28).
De Dios parte, por consiguiente, el impulso
humano familiar y laboral. Pero nosotros, los hombres, a lo largo de la
historia, hemos desfigurado y estropeado tanto el matrimonio -adulterios,
divorcios, poligamia simultánea o sucesiva, concubinatos, anticoncepción,
abortos, escasa y mala educación de los hijos- que ya casi ni alcanzamos a
conocer su naturaleza original.
Ya comprendemos, pues, que tendrá que ser el
mismo Dios quien nos descubra de nuevo el sentido profundo del matrimonio y nos
dé su gracia para poder vivirlo. Pues bien, esto es precisamente lo que hace
Cristo Salvador. Él salva el matrimonio, lo purifica de errores y de
corrupciones, lo eleva en el orden de la gracia, y le da una plenitud de bondad
y de belleza. Gran maravilla es el sacramento del matrimonio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)