La palabra adviento
proviene del latín “adventus” que significa venida. Los católicos le llamamos
Adviento a las cuatro semanas que preceden la Navidad. Durante estas cuatro
semanas se nos hace un llamado a preparar nuestros corazones para la llegada
del Mesías esperado. El color litúrgico del
Adviento es el color violeta (morado); que simboliza espera y preparación.
Forma Circular - Es señal
del amor de Dios que es eterno, sin principio ni sin fin al igual que el
circulo. También de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de
terminar.
Las ramas verdes - Verde
es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón
de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas.
Las cuatro velas - Nos
hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo
aleja de Dios. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos,
los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a
nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de
una en una, durante los cuatro domingos de adviento.