sábado, 30 de marzo de 2013

A NUESTRA MADRE

Dolorosa

Déjanos seguir contigo
desde el sepulcro al cenáculo
el camino doloroso
de tu soledad u llanto.

Desahoga, Madre nuestra
tu corazón angustiado
rosa de siete puñales
por nuestros siete pecados.

Repite el diálogo interno
con tu hijo bienamado,
muerto a los ojos del mundo
y, para ti, descansando.

De tu voz aprenderemos
la fe, la esperanza, el cántico
triunfal de amor renacido
tras las tinieblas del sábado.


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