Vocación
Cuando rondaba los 17 años, un 21 de
septiembre (día en que en Argentina los jóvenes celebran el día del
estudiante), se preparaba para salir a festejar con sus compañeros. Pero
decidió arrancar la jornada visitando su parroquia. Cuando llegó, se encontró
con un sacerdote que no conocía y que le transmitió una gran espiritualidad,
por lo que decidió confesarse con él.
“En esa confesión me pasó algo raro, no
sé qué fue, pero me cambió la vida; yo diría que me sorprendieron con la
guardia baja”. Más de medio siglo después lo interpreta así: “Fue la sorpresa,
el estupor de un encuentro; me di cuenta de que me estaban esperando. Eso es la
experiencia religiosa: el estupor de encontrarse con alguien que te está
esperando. Desde ese momento para mí, Dios es el que te ‘primerea’. Uno lo está
buscando, pero Él te busca primero. Uno quiere encontrarlo, pero Él nos
encuentra primero”.
“Primero, se lo dije a mi papá y le
pareció muy bien. Pero la reacción de mi mamá fue diferente. La verdad es que
la vieja se enojó mal”.
(El Jesuita.
Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, SJ., Sergio Rubín y
Francesca Ambrogetti, Vergara editor, pp. 45-47)
Nueva Evangelización
“La Iglesia, por venir de una época
donde el modelo cultural la favorecía, se acostumbró a que sus instancias
fueran ofrecidas y abiertas para el que viniera, para el que nos buscara. Eso
funcionaba en una comunidad evangelizada. Pero en la actual situación, la
Iglesia necesita transformar sus estructuras y modos pastorales orientándolos
de modo que sean misioneros.
No podemos permanecer en un estilo ‘clientelar’
que, pasivamente, espera que venga ‘el cliente’, el feligrés, sino que tenemos
que tener estructuras para ir hacia donde nos necesitan, hacia donde está la
gente, hacia quienes deseándolo no van a acercarse a estructuras y formas
caducas que no responden a sus expectativas ni a su sensibilidad. Tenemos que
ver, con gran creatividad, cómo nos hacemos presentes en los ambientes de la
sociedad haciendo que las parroquias e instituciones sean instancias que lancen
a esos ambientes. Revisar la vida interna de la Iglesia para salir hacia el
pueblo fiel de Dios. La conversión pastoral nos llama a pasar de una Iglesia ‘reguladora
de la fe’ a una Iglesia ‘transmisora y facilitadora de la fe’”.
El
Jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, SJ., Sergio Rubín
y Francesca Ambrogetti, Vergara editor, p. 77-78)
Aborto y derechos de la mujer
“La batalla contra el aborto la
sitúo en la batalla a favor de la vida desde la concepción. Esto incluye el
cuidado de la madre durante el embarazo, la existencia de leyes que protejan a
la mujer en el post parto, la necesidad de asegurar una adecuada alimentación
de los chicos, como también el brindar una atención sanitaria a lo largo de
toda una vida, el cuidar a nuestros abuelos y no recurrir a la eutanasia.
Porque tampoco debe ‘submatarse’ con una insuficiente alimentación o una
educación ausente o deficiente, que son formas de probar de una vida plena. Si
hay una concepción que respetar, hay una vida que cuidar.”
–Muchos dicen que la oposición
al aborto es una cuestión religiosa.
–“Que va… La mujer embarazada no
lleva en el vientre un cepillo de dientes; tampoco un tumor. La ciencia enseña
que desde el momento de la concepción, el nuevo ser tiene todo el código
genético. Es impresionante. No es, entonces, una cuestión religiosa, sino
claramente moral con base científica, porque estamos en presencia de un ser
humano.
–¿Pero la graduación moral de la
mujer que aborta es la misma que la de quien la práctica?
–No hablaría de graduación. Pero
sí a mí me da mucho más –no digo lástima-, sino compasión, en el sentido
bíblico de la palabra, o sea, de compadecer y acompañar, una mujer que aborta
por vaya uno a saber qué presiones, que aquellos profesionales –o no
profesionales- que actúan por dinero y con una frialdad única. […] Esa frialdad
contrasta con los problemas de conciencia, los remordimientos que, al cabo de
unos años, tienen muchas mujeres que abortaron. Hay que estar en el
confesonario y escuchar esos dramones, porque saben que mataron a un hijo.
(El Jesuita.
Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, SJ., Sergio Rubín y
Francesca Ambrogetti, Vergara editor, pág. 91)
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